GP de Melbourne: atención en curvas y frenadas Albert Park, el urbano más rápido del calendario Vista aérea del trazado de Melbourne
La
espera está muy cerca de finalizar. La paciencia de los aficionados al
filo de agotarse y el ansia por conocer las características del
escenario donde los bólidos darán las primeras pistas del rendimiento
alcanzado con su trabajo invernal es incontenible. Hablemos pues de
dónde se disputará la primera batalla de este 2009 y de las necesidades
técnicas que implica su naturaleza.
El circuito de Albert Park de Melbourne es un trazado lleno de
constantes frenadas y aceleracionesen el que se combina una parte del trazado permanente y otra urbana.
Esto implica que el circuito incluya una interesante variedad de curvas
y una pista cuyas condiciones van variando constantemente. La puesta a
punto del coche no es nada fácil, ya que la mayoría de las 16 curvas
del trazado son muy distintas y suponen un reto diferente para los
coches y pilotos.Melbourne presenta unas
exigencias aerodinámicas similares a las de Silverstone o Sepangy requiere una configuración de alta carga aerodinámica. Con la
introducción de los alerones móviles delanteros, los pilotos podrán
modificar el ángulo de sus flaps en seis grados, dos veces por vuelta
(una vez para cambiar el ángulo del alerón y la segunda para volver a
la posición original) lo que podría ayudar a equilibrar el coche entre
curvas o a seguir más de cerca al coche que le precede.El circuito presenta una
serie de curvas de alta velocidad que son críticas, especialmente las curvas 11 y 12, y éste podría ser el punto más exigente del trazado, tal y como explica Fernando Alonso: "
Tienes
que ser muy preciso en esta sección. Tomas estas curvas a unos 200 km/h
y encarar la curva 11 no es nada sencillo, ya que la visibilidad no es
buena debido a las protecciones y no ves el vértice hasta muy tarde. Si
cometes un error en la curva 11, pierdes la posición para trazar la
curva 12 y puedes arruinar tu vuelta".La puesta a punto de
máximo apoyo aerodinámico ayuda a los pilotos a la hora de contar con
una buena tracción a la salida de las curvas lentas, lo que es muy
importante para alcanzar una buena velocidad punta al final de las
rectas.Para la suspensión, Melbourne presenta
varias chicanes en las que resulta
esencial que el coche responda bien en los cambios de dirección.
Para ello, tiene que ser relativamente rígida, pero al mismo tiempo
también lo suficientemente blanda para poder subirse a los pianos y
contar con una buena estabilidad en frenada. Para disponer de la puesta
a punto óptima hay que encontrar el equilibrio entre unos reglajes no
demasiado duros y tampoco excesivamente blandos.
El Albert Park es uno de los circuitos más exigentes para los frenos ya que cuenta con
seis puntos de frenadas importantes,
a los que los bólidos llegan a una velocidad que ronda los 300km/h. La
frecuencia de las frenadas exige una buena solución de refrigeración de
estos durante la carrera. Los aficionados más veteranos recordarán como
H.H. Frentzen perdió un puesto casi seguro en el podio en 1997 al
explotar uno de los discos delanteros del Williams que pilotaba en la
frenada de final de la recta principal del Albert Park. Las zonas de
frenada pueden estar bastante bacheadas, aunque tampoco es algo
especialmente significativo, así que una puesta a punto flexible
permitirá al monoplaza superar esos baches sin clavarse en las frenadas.Al
tratarse de un circuito semiurbano, la pista suele estar sucia el
primer día del Gran Premio y su estado va cambiando de forma gradual a
lo largo del fin de semana. Con el regreso de los neumáticos lisos este
año,
el equipo tendrá que estar muy atento durante las sesiones
libres en el comportamiento de los compuestos súper blando y medio de
los neumáticos Bridgestone, que han sido los seleccionados para
esta carrera. Las altas temperaturas que suelen registrarse en la pista
de Melbourne jugarán un papel decisivo en la elección por parte de los
pilotos de su compuesto preferido.Melbourne supone un
buen test para los motores V8 de última generación,
ya que deben trabajar a máximo régimen durante el 66% de la vuelta. Sin
embargo, el secreto para obtener un buen tiempo depende no tanto de la
velocidad punta, sino de disponer de un
motor progresivo que sea capaz de impulsar al coche en la salida de las curvas lentasque preceden a las rectas. Esto se cumple especialmente en las curvas
14, 15 y 16, muy cerradas y complicadas, como explica Nelson Piquet: "
El
coche tiende a subvirar en la parte final de la vuelta, así que eso
puede dificultar la aceleración en la salida de las curvas. Contar con
el KERS este año podría marcar la diferencia, ya que podríamos
utilizarlo para mejorar la aceleración en la salida de estas curvas tan
lentas o para intentar ganar o defender posición. En cualquier caso sí
que debería ayudarnos a mejorar nuestros tiempos por vuelta".